miércoles, 15 de mayo de 2013

El embarazo más largo







El embarazo más largo. Así podríamos llamar a la excesivamente complicada y dilatada espera que padecen miles de familias en toda España para poder cumplir algo más que un deseo, un sueño, una ilusión, adoptar un niño.

Hace unos días hablaba de este tema con una persona muy cercana a mí y muy querida, que junto a su marido lleva alrededor de dos años realizando todos los trámites habidos y por haber que, según parece, son necesarios para lograr su sueño, formar una familia. 

Lo de llamar al proceso de adopción en España el embarazo más largo es mucho más que una metáfora. Siempre se ha hablado sobre el exceso de burocracia en este camino, pero cuando vives de cerca esto les aseguro que hay cosas que en mi modesta opinión me parecen cuanto menos desmedidas. El bajo número de menores nacionales en adopción ha llevado a los futuros padres adoptivos a acudir a los países del Este, a China y Sudamérica para afrontar un largo y exigente proceso, que les hace estar en su particular “sala de espera” una media de tres años.

Por otra parte, decir que el proceso es costoso no es tampoco una manera de hablar, pues quienes lo inician saben que no sólo han de armarse de fuerza emocional y de paciencia sino que esto les supondrá un importante desembolso económico que en el caso de las adopciones internacionales implica una media de entre 9.000 y 12.000 euros, que se ve agravado por la intermediación obligatoria en muchos casos de las llamadas ECAIs (Entidades Colaboradoras de Adopción Internacional). 

Nadie puede negar que todo ello, la dilatación en el tiempo y el importante gasto que supone, son una verdadera prueba de amor incondicional por su futuro hijo que nada tiene que envidiar a los que viven un embarazo natural y ya aman a su bebé antes de haber nacido. Por eso me gusta tanto un eslogan que escuché de una asociación de padres adoptivos que decía “la crianza es diferente, el amor es igual”.

Para quienes no lo sepan este largo proceso se inicia para los adoptantes con el famoso certificado de idoneidad, una valoración psicosocial según la cual han de reunir aptitudes, capacidades, motivaciones adecuadas y condiciones económicas y de salud que les hagan "idóneos" para asumir sus responsabilidades. Siempre que escucho esto inevitablemente pienso a cuántos padres y madres naturales deberían hacerles primero esta prueba…

Por todo ello, cada vez que escucho a esa persona tan querida y cercana a mí contarme con tanta ilusión cualquier avance que dan en el proceso de adopción sé que para ella y para su marido es mucho más que eso. Hace unos días les dijeron la zona en concreto de Rusia de la que será su futuro hijo o hija. Para ellos esto fue más que un trámite, fue como pasar casi de la sala de espera a la sala del hospital en la que dentro de un tiempo se hará su sueño realidad.