Los
periodistas hace tiempo que no estamos para celebraciones, ni
siquiera para la de la festividad de nuestro patrón, que fue hace
unos días y que sirvió si acaso para recordarle al mundo, a quien
quiera escucharnos, esa ya popular frase que dice que “Sin
periodistas no hay periodismo y sin periodismo no hay democracia”.
Pues
eso, que como sigamos así nos vamos a quedar sin periodistas, sin
periodismo y, por supuesto, sin democracia. El pasado jueves se
celebró San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, pero
como les decía la profesión no está ni mucho menos para fiestas.
Aunque no sea noticia habitual en los medios de comunicación, quizá
porque queda “feo” que los propios medios informen sobre sus
despidos, eres y reducciones de salario, para quienes no lo sepan les
diré que después de la construcción, el periodismo es el sector
más castigado por la crisis.
El
número de periodistas en situación de paro se ha triplicado en un
año, desde 9.937 personas en septiembre de 2011 a 27.443 personas en
el mismo mes de 2012, según informaron
durante la presentación del 'Informe Anual de la Profesión
Periodística 2012' que realiza cada año la Asociación de la Prensa
de Madrid. A todo ello hay que añadir el cierre de más de 60 medios
de comunicación en los últimos tres años, con lo que esto implica
de pérdida de pluralismo.
Paro,
eres, ofertas de empleo sin remuneración o en concepto de prácticas
en las que irónicamente se exige licenciatura y experiencia,
reducciones de salario en plan o lo tomas o lo dejas, sobrecarga de
trabajo, reducción del número de medios...Ése es el panorama que
rodea a la que para mí es y será una de las profesiones más
bonitas y necesarias del mundo. Pese a todo y por encima de todo.
Con
los datos en la mano, se ha dicho que el periodismo vive una crisis
laboral con forma de tsunami aunque yo, que sé que los periodistas
somos una especie fuerte, confío en que la profesión, al menos
parte de ella, será capaz de resistir y seguir adelante porque
prefiero pensar que, como en la historia real sobre el tsunami que
cuenta la película “Lo imposible”, los milagros a veces existen
y eso es casi lo que necesitamos.
Esta
semana, San Francisco de Sales, se ha quedado sin apenas
celebraciones, aunque ha servido de excusa para que los periodistas
recordemos que sin nosotros no hay Periodismo y no hay Democracia.
No
sé si el año que viene estará la cosa para agasajar al patrón,
pero lo que sí sé es que podamos o no ejercer nuestra maravillosa
profesión, aquí estaremos para recordarle al mundo que no somos
médicos ni maestros ni bomberos, pero también curamos, enseñamos y
protegemos a la sociedad y somos un pilar fundamental para sostener
esta malherida democracia con los poderes tan deteriorados.
No
se olviden de esto, sin nosotros, sin los plumillas, el mundo se
quedaría mudo, ciego y sordo y nadie estaría ahí para contarlo.