Hace unos días una amiga
me contaba cómo su hermano había intentado sin éxito recientemente buscarse la
vida fuera de nuestras fronteras, como tantos miles de españoles. Hace poco se
quedó en paro después de años dedicados al sector de la construcción y vistas
las nulas perspectivas laborales en este sector en España un amigo le animó a
marcharse a Suiza asegurándole que allí podía encontrar algo.
Así que a sus 36 años,
soltero y sin hijos, aunque casado con el banco mediante el lastre de una
elevada hipoteca, este español se convirtió en uno más de los miles de
emigrantes que estamos exportando desgraciadamente de un tiempo a esta parte.
Pero lamentablemente
cuando llegó a Suiza nada era como lo pintaban porque los escasos trabajos a
los que podía optar ni siquiera le daban para pagar su hipoteca de España y
poder subsistir en el país suizo. Y si no fuera suficiente con esto, justo el
día que llegó el emigrante español se encontró con la confirmación de algo que
el país alpino llevaba anunciando hacía meses: el cierre de sus fronteras a
todos los emigrantes de los 27 países de la Unión Europea durante un año. Él ya
estaba dentro pero el panorama no era como para quedarse.
Hay una película española
que muchos de ustedes conocerán y que si no les recomiendo que vean porque además
está de la más triste actualidad. Se trata de “Un franco catorce pesetas”
basada en la historia real del hombre que la dirigió y protagonizó, Carlos
Iglesias, quien emigró en los años 60 a Suiza para buscarse la vida…Pues eso,
que ahora podemos hablar de lo mismo cincuenta años después con la triste
novedad de que ahora incluso nos cierran las fronteras.
Suiza ya había utilizado
esa cláusula de salvaguarda para impedir que los trabajadores de República
Checa, Eslovaquia, Polonia, Eslovenia, Hungría, Estonia, Letonia y Lituania
pudieran buscar trabajo en el país debido al alto número de inmigrantes que
pretendían acceder a Suiza.
Con la crisis, desde los
países del Sur de Europa ha habido una pequeña avalancha de trabajadores en
paro, muchos de ellos españoles, esperando encontrar ese trabajo deseado en
Suiza, por lo que el país ha decidido cortar por lo sano y no hacer distinciones
y darnos a todos con la puerta en las narices.
Nosotros, que hasta hace
dos días jugábamos a la Champions League de la Economía y decían que éramos el
motor de Europa, nosotros que apenas hace unos años éramos país receptor de
inmigrantes procedentes del Sur, nosotros que dejábamos para estos inmigrantes
los trabajos que nos parecían poco, nosotros…Ahora somos los mismos que sólo
queremos trabajar de lo que salga y donde se pueda por sueldos que en muchos
casos hace no demasiado tiempo hubiéramos rechazado…
Nosotros somos ahora quienes
emigramos con una versión renovada del “Vente a Alemania, Pepe”, aunque ahora
se disfrace con acuerdos entre los Gobiernos hispano y germano para enviar a
miles de jóvenes españoles cualificados con contratos basura de formación.
Esto no es nuevo, llevo
diciéndolo hace años. España es un país con tradición emigrante y a muchos se
les había olvidado cuando hablaban con cierta superioridad de los inmigrantes
que se buscaban la vida en nuestro país. Hay que tener un poquito más de
memoria. Sólo un dato, en 2012 casi 30.000 españoles emigraron a Alemania para
buscar trabajo, lo que supone el mayor éxodo laboral de las últimas cuatro
décadas. Y es que al fin y al cabo, nosotros ahora más que nunca también somos
el Sur.
Me ha encantado Gema el post de hoy. Desmenuzas a la perfección la realidad que nos ocupa y me alegra que tu, y seguramente mucha más gente, tenga memoria y no olvide que este país ya fue emigrante.
ResponderEliminarEn tiempos de gloria se olvidan muchas cosas y se pierden tantas otras.
Gracias Chelito, me alegra mucho que te guste. Ésa es la realidad, al menos desde mi humilde punto de vista. Como digo en el artículo, hay que tener un poquito más de memoria. Ya fuimos emigrantes y ahora los somos de nuevo.
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