Que lo que la EGB unió lo reúna WhatsApp...
Algo así podría ser el lema de quienes, como es mi caso, están
ahora a punto de reencontrarse dos décadas después con aquellos compañeros de
pupitre, con aquellos con quienes compartí años de aprendizaje tanto en las
aulas como fuera de ellas, con aquellos que viví esos maravillosos años de la
ya desaparecida EGB.
He de confesar que una de las cosas que más me echaba para
atrás y me agobiaba antes de decidirme a empezar a usar la conocida aplicación
de mensajería instantánea era eso de los grupos. Sí, ya saben a lo que me
refiero. Ahora se hacen grupos de WhatsApp para todo, desde el trabajo hasta
las mamás y papás de la clase de tu hija, los amigos del barrio, los del
instituto, los de la universidad, familia…
Tras bastante tiempo de “wasapeo” confirmo mis sospechas,
algunos grupos son un “liquidabaterías” de primer orden, tal y como me temía.
Pero como todo en la vida, hay lado bueno y lado malo y el bueno es dar con
grupos que de repente irrumpen en tu vida y en tu móvil y te sacan una sonrisa
porque te devuelven un pedacito de tu vida.
Seguro que muchos de los que me están leyendo se sentirán
identificados si les digo que gracias al dichoso WhatsApp es más fácil
reencontrarse con quienes distintos caminos y destinos fueron separando. Así
que con la excusa de organizar una cena (o muchas, visto el éxito del grupo)
ahora andamos una treintena de treinteañeros más contentos que unas Pascuas
wasapeando como chiquillos recordando viejas anécdotas y poniéndonos al día de
nuestras vidas.
Y fíjense por dónde, yo que era tan reacia al WhatsApp y a
sus grupos estoy más feliz que una perdiz de reencontrarme con personas que
pasaron por mi vida y que en mayor o menor medida dejaron su huella en mi
corazón. Y así andamos estos jóvenes treinteañeros, con la ilusión de aquellos chavales
de la EGB y con nuestros móviles echando humo algunos ratos.
Aquí estamos con más años pero con la misma ilusión de estar juntos |
Y es curioso, se lo aseguro, porque después de tantos años
hasta por WhatsApp más o menos seguimos siendo un poco los de antes. Algo en el
fondo de nuestra manera de expresarnos nos dice que aunque necesitemos incluso
ir enseñando fotos actuales para que todos nos ubiquemos y reconozcamos, algo
nos dice que aunque no fuimos tan modernos como los alumnos de ahora con sus
móviles y redes sociales, aunque no teníamos ni WhatsApp, ni Facebook, ni
Twitter, ni falta que nos hacía…A pesar de todo ello, aquellos chavales de la
EGB sí que han llegado al WhatsApp y lo más importante, sí que han sabido
aprovecharlo.
Febrero 2014
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