Hoy rescato este artículo que escribí hace ya unos años pero que a fecha de hoy sigue estando de total actualidad (o más).
"El Día de Todos los Halloween"
Pues sí, ya ha
pasado un año más el Día de Todos los Halloween, uy perdón, de Todos los
Santos. Si es que con tanto truco o trato le tienen a una la calabaza, digo lo
cabeza, loca. Vamos, que a mí no me va mucho, o nada, el rollito este del
Halloween, pero claro, a lo mejor es que me estoy haciendo mayor, quién sabe.
Lo cierto es que me
sorprende ver cómo poco a poco el dichoso Halloween nos ha tomado terreno tanto
como el mismísimo Papá Noél, otro intrusillo que también parece que se haya
criado comiendo paella y tortilla de patatas y tiene a veces arrinconados a los
mismísimos Reyes Magos.
El caso es que
encima este año me ha tocado claudicar con el rollo este que como les digo tan
poquito me llama. Y es que servidora es mamá de una niña de dos añitos y,
claro, en la guardería de la chiquilla nos han avisado de la fiesta de Halloween
durante días y han decorado todo con las debidas calabazas, brujitas, vampiros
y demás. Al estilo más puramente “typical spanish”, vamos.
Pero no me
malinterpreten, que no me parece ni bien ni mal, cada uno que celebre lo que quiera. Simplemente no me llama nada la
atención porque me parece una fiestecilla de lo más insulsa, no le veo nada de
terrorífico ni le encuentro el interés ni la gracia. A mí me da mucho más miedo, por ejemplo, encender la televisión a
determinadas horas y que estén dando las noticias, eso sí que me parece todo un
Halloween, que, por cierto, para quien no lo sepa, significa "All hallow's
eve", palabra que proviene del inglés antiguo, y que significa víspera de
todos los santos.
Y también les diré
que pese a la creencia de que es una fiesta procedente de Estados Unidos no es
así. Su origen es celta y a Estados Unidos llegó a mediados del siglo XIX por
los emigrantes irlandeses.
Pero, vamos, que el
dichoso Halloween ha pasado, pero Papá Noel se aproxima ya con sus renos a toda
pastilla metiendo quinta. Y no es broma, que hace ya semanas que los veo a
todos en numerosas tiendas sin que se atisbe todavía ni a lo lejos a los pobres
Reyes Magos. Y no, Papá Noel tampoco viene de los Estados Unidos. Se trata de
un personaje legendario inspirado en un obispo cristiano llamado Nicolás, que
vivió en la actual Turquía.
Pero como en USA
son así consiguen que al final todo parezca que se ha gestado allí. Desde luego en
marketing no hay quien les gane. Ya les digo que como nos descuidemos se
apropian del origen de la paella y de la tortilla de patatas.
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